viernes, 30 de diciembre de 2016


2017

Si 2016 fue un año que empezó entre presagios atroces y nubarrones apocalípticos, el que ahora estrenamos, centenario del secreto de Fátima, ha de ser por fuerza  el del último y  definitivo Armaggedon. Esa es al menos la amenaza que acongoja al ciudadano corriente, sometido al bombardeo constante de unos medios de comunicación manipulados por los poderes en la sombra, que cada día entre atentado y atentado se esfuerzan por fabricar el Miedo, ese lubricante imprescindible gracias al cual sigue engrasada la máquina de hacer borregos. Noticias falsas, noticias inventadas, falsas banderas, atentados prefabricados, posverdad, terrorismo de bricolage... cada vez cuesta más trabajo reconocer qué es real y qué es virtual en el universo Matrix en el que  ya vivimos instalados. El faraón nubio Barack Obama I parece que se va, cediendo su cetro envenenado al vikingo Donald  Trump y tal vez todo cambie para que todo  siga  igual, porque entre bastidores un ancianito Henry Kissinger se frota  las manos  ante las jugosas oportunidades que asoman en el horizonte. Puede que el DAESH haya dejado de ser útil ahora, y haya que desmontarlo a todo correr, pero ya se crearán otros monstruos de Frankenstein, y la Europa de Merkel  parece ser el mejor campo de pruebas para ponerlos en funcionamiento. Y entre tanto, todos a celebrar las doce campanadas, mirando de reojo no sea que haya que lamentar otra masacre yihadista, y haya que poner otra vez velitas y cartelitos plañideros...

Este 2017 se cumplirá también el centenario de aquella añeja revolución bolchevique que tanto entusiasmo despertó en su día entre algunos que vieron en ella una esperanza, la aurora de un mundo nuevo ... y que acabó como acabó, haciéndose ella misma el hara-kiri. A pesar de sus  muchos defectos y  de sus incontables y terribles crímenes, el comunismo soviético tiene sus incondicionales que aún hoy en día lo recuerdan con nostalgia y lo prefieren mil veces al paraíso neoliberal  en el que ahora nos ha tocado vivir. Para bien o para mal, ninguna ideología suscita ya esa clase de ilusiones. Los podemitas de clase media-alta podrán jugar a tomar los cielos por asalto tanto como les dé la gana, pero  engañan cada vez menos con su demagogia eco-feminista-multicultural de andar por casa, que al proletario o al parado medio se la suda bastante. Estos pijoprogres no traerán nada que sea de veras renovador, porque la música que tocan ya es bastante conocida y chirría a Sistema en sus más sórdidas manifestaciones... Los cambios profundos, transmutadores, los traerán sin duda las fuerzas desconocidas y primigenias que todavía están por manifestarse en nuestra sociedad y en nuestra cultura, y  a las que tal vez les haya llegado por fin su  año. Estaremos muy pendientes, por si acaso.

jueves, 22 de diciembre de 2016

lunes, 19 de diciembre de 2016


LA PINTURA EN EL CINE DE LOS AÑOS 40

Retrato de Joan Bennett pintado por John Decker para "Perversidad"

1945 fue un año especialmente importante en la historia de las relaciones entre la Pintura y el Cine clásico. En ese mismo año, y no se sabe muy bien por qué azar o convergencia de los astros, se filmaron unas cuantas obras maestras del Séptimo Arte que giraban precisamente entorno a los pintores y a sus cuadros. Nos referimos a "Perversidad", "Recuerda" y "El retrato de Dorian Gray", en cuanto a las producciones hollywoodienses, y cabría citar "Domingo de Carnaval" entre las realizadas en España.
Curiosamente todas ellas, aunque tienen muy presente la pintura, se filmaron en blanco y negro, ya que el uso del color todavía no estaba muy extendido en el cine. Y sin duda también porque los argumentos oscuros de estas películas parecían requerir este tratamiento visual. Sorprende la visión trágica que en casi todas ellas se ofrece del arte, tal vez un reflejo del pesimismo que se respiraba durante y poco después del crepúsculo de los dioses de la Segunda Guerra Mundial.
Como corolario, vamos a recordar también un par de películas más, creadas poco después, y que merecen destacarse: una cinta japonesa, "Utamaro y sus cinco mujeres" de 1946,  y otra americana, "Jennie", de 1948.

lunes, 12 de diciembre de 2016

¡¡REINCIDIMOS!!



 Nos reafirmamos en lo que decíamos el año pasado en estas fechas: la estupidez capitalista, que todo lo subordina al beneficio económico, se ha ido cargando las tradiciones arraigadas y las ha ido sustituyendo por otras "celebraciones",  a conveniencia de los grandes almacenes. La Festividad de los Difuntos, que antaño significaba honrar y respetar a los antepasados, se ha convertido en ese esperpéntico casting televisivo para una serie de zombies que es el Jalogüin.
La Navidad ya es un puro desmadre consumista, ahora que "remontamos la crisis" (eso dicen) y para ir calentando motores ya tenemos consolidado en nuestro país el Black Friday, el Cyber Monday y toda clase de efemérides mercantiles.

El "marxismo cultural" también contribuye día a día a su manera al desarraigo, doblegándose ante la "islamización cultural" que se avecina. En los ayuntamientos donde gobiernan los pijoprogres o bien no se instala ya el portal de Belén (por "facha") o bien se lo menosprecia, en nombre de un multiculturalismo que suena a claudicación. Por eso, como muy bien dice Iker Jiménez en su Videoblog de Youtube, ESTAS NAVIDADES HAY QUE ARMAR EL BELÉN. Hay que ser desobedientes con estos dictadores de conciencias, siempre y en todo lugar... Por cierto que Iker se ha ido ganando de un tiempo a esta parte todo mi respeto, al ser uno de los pòcos periodistas que en España se atreve a decir ciertas cosas que molestan. Ojalá cundiera más el ejemplo.

 


viernes, 2 de diciembre de 2016

EL PODRIDO "ARTE" DE LA "ÉLITE" PODRIDA

Marina Abramovic


Al calor de las pasadas (y reñidas) elecciones a la presidencia de los Estados Unidos , algunas plataformas alternativas de Internet, como 4Chan y Reddit, han puesto en circulación parte de  los e-mails hackeados por Wikileaks y el FBI a miembros del Partido  Demócrata americano. Algunos de estos escalofriantes informes están dejando al descubierto las extrañas aficiones de la mal llamada "élite" política mundialista. No resulta muy afortunado emplear la palabra "élite" en este  caso, porque los individuos que la componen proceden en su mayor parte de una selección a la inversa, como lo  demuestran sus bajas perversiones, o cuando menos el mal gusto que parecen tener.